Como otros lectores, sigo enfrascado leyendo, con calma y sosiego, ese don del Espíritu Santo que es la nueva Exhortación apostólica del Papa Francisco. Dejo el enlace para aquellos rezagados que aun no han empezado a leerla: Amoris Laetitia.
Muy recomendable es (de hecho, el propio Papa lo ha indicado) leer la presentación que hizo el Cardenal Schönborn, aclarando así disputas artificiosas que los histéricos fariseos de turno ya han empezado a difundir.
Lo dicho, a seguir leyendo.